La radiación y los seres vivos
La radiación es energía que viaja en ondas o partículas. Sus efectos en los seres vivos varían según el tipo y la dosis, pudiendo ser dañinos o beneficiosos.
Efectos de la Radiación en los Seres Vivos
Radiación Ionizante (Rayos X, Gamma, etc.):
Daño al ADN: Puede causar mutaciones que llevan a cáncer a largo plazo.
Efectos agudos: A dosis altas, causa enfermedades como el Síndrome de Irradiación Aguda (náuseas, vómitos, daño en la médula ósea) e incluso la muerte.
Efectos crónicos: Cataratas, fibrosis de tejidos.
Radiación No Ionizante (UV, Microondas, etc.):
UV: Causa quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel y aumenta el riesgo de cáncer de piel y cataratas oculares.
Microondas/Ondas de Radio: A altas intensidades, pueden calentar tejidos. La investigación sobre los efectos a largo plazo de exposiciones bajas sigue en curso, sin evidencia concluyente de daño grave.
Uso de la Radiación en los Seres Vivos
La radiación se utiliza de forma controlada para el beneficio:
Medicina:
Diagnóstico: Rayos X, tomografías (TC), mamografías, y medicina nuclear (PET, SPECT) para visualizar el interior del cuerpo y detectar enfermedades.
Tratamiento: Radioterapia para destruir células cancerosas.
Esterilización: Para equipos médicos.
Agricultura y Alimentación:
Irradiación de alimentos: Para eliminar patógenos, retrasar la maduración y aumentar la vida útil de los alimentos.
Mejora de cultivos: Mutaciones inducidas para crear variedades de plantas más resistentes o productivas.
Control de plagas: Técnicas de insectos estériles para reducir poblaciones de plagas.
Investigación Biológica:
Uso de trazadores radiactivos para estudiar procesos biológicos y metabólicos en organismos vivos.
En resumen, la radiación es una herramienta poderosa que, aunque conlleva riesgos, es indispensable en muchos campos científicos y tecnológicos para el diagnóstico, tratamiento y mejora de la vida.