RevistaMELODY HEREDIA.

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El ojo y el oído

23 May 2025
23 May 2025

El Oído y el Mecanismo de Audición

El proceso de visión se puede dividir en varias etapas:

Entrada y Enfoque de la Luz:

La luz del entorno entra al ojo a través de la córnea, una capa transparente y curva en la parte frontal del ojo. La córnea es la principal responsable de enfocar la luz. Después de la córnea, la luz atraviesa el humor acuoso (un líquido transparente) y luego la pupila. La pupila es la abertura en el centro del iris (la parte coloreada del ojo) que se dilata (se agranda) o se contrae (se achica) para regular la cantidad de luz que entra al ojo, similar al diafragma de una cámara. Posteriormente, la luz pasa a través del cristalino, una lente biconvexa flexible que, junto con la córnea, se encarga del enfoque fino. El cristalino puede cambiar su forma (proceso llamado acomodación) para enfocar objetos a diferentes distancias sobre la retina. Este ajuste es crucial para ver nítidamente tanto de cerca como de lejos. Finalmente, la luz atraviesa el humor vítreo (una sustancia gelatinosa transparente que llena el globo ocular) antes de llegar a la retina.

Transformación de la Luz en Señales Eléctricas (Fototransducción):

La luz enfocada llega a la retina, la capa más interna y sensible a la luz en la parte posterior del ojo. La retina contiene millones de fotorreceptores, células especializadas que convierten la energía luminosa en impulsos electroquímicos:

Bastones: Son mucho más numerosos (aproximadamente 120 millones) y son responsables de la visión en condiciones de poca luz (visión nocturna o escotópica), así como de la percepción del movimiento y los tonos de gris. Conos: Son menos numerosos (aproximadamente 6 millones) y se concentran principalmente en la mácula y la fóvea (el centro de la visión nítida). Son responsables de la visión a color y de la alta agudeza visual (visión diurna o fotópica). Hay tres tipos de conos, sensibles a diferentes longitudes de onda de luz (rojo, verde y azul).

Cuando la luz incide sobre los fotorreceptores, se desencadenan reacciones químicas que generan señales eléctricas en las células nerviosas de la retina.

Transmisión y Procesamiento de la Información Visual:

Estas señales eléctricas se transmiten a través de una red compleja de neuronas dentro de la retina (células bipolares, amacrinas, horizontales, ganglionares). Las señales de las células ganglionares se agrupan para formar el nervio óptico. El nervio óptico de cada ojo lleva la información visual al cerebro. En el quiasma óptico, parte de las fibras de cada nervio óptico se cruzan, de modo que la información del campo visual izquierdo de ambos ojos va al hemisferio derecho del cerebro, y la información del campo visual derecho va al hemisferio izquierdo. Desde el quiasma óptico, las señales viajan a través de las vías ópticas hasta el tálamo (núcleo geniculado lateral), que actúa como una estación de relevo. Finalmente, las señales llegan a la corteza visual primaria en el lóbulo occipital del cerebro. Aquí, la información cruda de luz y sombra, color y movimiento comienza a ser procesada e interpretada. El cerebro ensambla estas señales en una imagen coherente y significativa, permitiéndonos reconocer objetos, caras, leer y navegar por nuestro entorno. La visión binocular (con ambos ojos) permite la percepción de profundidad (estereopsis).  

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